jueves, 23 de febrero de 2012

Mujeres en guerra, Mujeres españolas









Me dice mi querida amiga Josefina Martínez, Profesora Titular del Departamento de Contemporánea de la UNED, que organiza un curso sobre la mujer y la Guerra de la Independencia el mes que viene en el centro asociado de la UNED de Segovia. Una ocasión, sin duda, de conocer ese cincuenta por ciento de la historia desconocida por todos que, si lo extrapolamos, se puede aplicar al conocimiento de la humanidad entera. Me refiero, como es lógico, a la historia de las mujeres.


Y es que no entiendo que tenga uno que aclarar ésto; que tenga que haber una coletilla o una acepción historiográfica llamada historia de las mujeres. Como si fueran una especie de dinosaurios sin estudio científico reseñable. Que son la mitad de la humanidad, más o menos. Y la que más me gusta a mí, si he de ser sincero. Que los hombres que conozco, salvo raras excepciones, no hacen más que amargarme la existencia. Alguna que otra mujer lo ha hecho, pero siempre se agradece. Las mujeres, en esto no creo que haya discusión ni siquiera científica, existen para enseñarnos con esa hiel tan dulce que gastan. Yo me dejo enseñar diariamente de todas mis compañeras de trabajo; de mis jefas, que tengo unas cuantas; de mi madre. Y de mi mujer, especialmente. Hasta de mi hija, que tiene diez añitos y ya me atecla.



En fin, volviendo al origen de la diatriba, entre el 6 y 8 de marzo de 2012 tendremos la oportunindad de explorar esa parte desconocida de la historia de España. Seguro que hay mucho más que Agustinas de Aragón y lo espero con verdadera fruición. Para una mujer a la que inmortalízó la historiografía, lo hizo por cumplir el papel del hombre.


Si es que...